Tuesday, April 6, 2010

MEMORIAS DE VIDA


Mirando un poco hacia lo que fue la semana Santa, tenemos que darnos tiempo para respirar profundamente y sentir que este tiempo fue de trabajo arduo, de compartir con muchas personas, de disfrutar de los dulces tradicionales de este tiempo, pero ante todo un tiempo para repensar en los compromisos de fe y en los significados profundos de la Cruz y de la resurrección.
Es por eso, que pensamos que la Biblia se abrió para nosotros(as) y nos hablo a través de cada texto que fue leído, de las manifestaciones de fe de las personas, de las experiencias compartidas, de los símbolos realizados en nuestras litúrgicas, en cada momento vivido y respirado en comunidad pero quizás estamos convencidos que no solo Dios nos hablo sino que se hizo presente en la comunidad a través de Jesús como se hizo presente en medio de los caminantes de Emaus.
La presencia de Jesús en medio de estos caminantes aunque parece confusa al comienzo recobra vida cuando el forastero (Jesús) y los caminantes se encuentran en un espacio reconocido (la casa) y justo en el momento intimo de compartir el pan; al punto que este encuentro cambia el contexto de dolor, de muerte, llevando a los discípulos y discípulas (aunque el texto no las menciona muy seguramente estaban también presentes en la casa), a vivir una nueva experiencia de fe y de esperanza. Esta experiencia hace que ellos/as puedan abrir sus ojos para comprender lo que estaba pasando en medio de ellos y reconocer a Jesús en el partimiento del pan.
Y es por lo tanto, importante entender que las palabras “abrir los ojos” se entiende desde la escritura bíblica como “abrir la mente” esta acción es la que hace posible que ellos(as) puedan expresar “No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”(Lucas 24:32).



Por lo tanto, quizás hoy podemos expresar que esto es lo que da el impulso para que estos caminantes se levanten y vayan al encuentro con los demás discípulos y discípulas que estaban reuniones en Jerusalén.




También, es importante resaltar que este encuentro con Jesús produce que los caminantes puedan vencer el miedo que generaba estar en Jerusalén; en aquel lugar conocido por asesinar a los profetas.




Finalmente, en este respirar profundo de la Semana Santa nos deja muchos desafíos para nuestras vidas y una invitación a seguir caminando con El Resucitado y muy especialmente a encontrarnos en el partimiento del pan y en las enseñanzas de las Escrituras como Buena Noticia para todos y todas las personas que sufren la marginación social.
Que el Jesús resucitado nos guarde desde ahora y para siempre.

Recursos:
Santa Biblia. Versión Reina Valera, 1960.
Fotos tomadas en las celebraciones litúrgicas de Jueves y Viernes Santo en la Iglesia Presbiteriana”Dios en Amor” de Pital de Megua.



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