Del 1 al 7 de Junio de 2010, tuve la oportunidad de estar en Edimburgo (Escocia), como delegada de la Alianza Reformada Mundial a la Conferencia de Mision. Edimburgo es una ciudad encantadora, que en cierra en cada parte de su estructura historia de la Reforma protestante y en ese marco se llevo a cabo el Centenario de la Conferencia de Misión. Esta conferencia se había realizado por primera vez en 1910 en esta misma ciudad y ahora bajo el tema “ Testificando a Cristo hoy” muchos personas de las diferentes familias religiosas nos reuníamos para seguir avanzando en las discusiones sobre misión, y en la necesidad profunda que existe en nuestro tiempo de reconocer la diversidad que está inmersa en las diferentes culturas, y al hacer este ejercicio nos llevo al reconocimiento de la pluralidad religiosa de lo que cada uno somos. Este reconocimiento nos dio la posibilidad de sentarnos a la mesa para discutir y analizar que se hace necesario construir puentes que favorezcan los diálogos interreligiosos desde los cuales podamos visionar nuevas realidades, donde las diferencias se constituyen en una oportunidad para crecer y construir un mundo diferente.
Esta nueva apertura fue lo que desde mi punto de vista marco la diferencia respecto a Edimburgo 1910, pues, en aquella oportunidad no se invito a América Latina a participar bajo la premisa que era un continente “cristianizado” y por tanto, la misión se debería hacer hacia otros lugares del mundo donde el cristianismo no había llegado; quizás hoy se avanza en nuevas concepciones de lo que es misión y como hacer misión, es por esto, que la presencia de representantes de América Latina fue muy importante, porque no solo se empezó a visibilizar un poco lo que es América Latina, sino que también se mostro esta, como un continente multicultural y con presencia activa de diferentes confesiones de fe, grupos religiosos, tradiciones y contextos culturas que demandan de cada uno de nosotros(as) un esfuerzo para repensar la iglesia, la concepción de sociedad, de lo que es el ser humano.
También que esta diversidad religiosa nos está diciendo que se hace imperante reconocer desde el contexto de América Latina la presencia de hermanos(as) de otras confesiones o religiones y que desde este contexto particular se hace necesario los acercamientos ya no para intentar evangelizarnos sino para intentar responder a la crisis de hambre que sufre nuestro continente, a los diferentes conflictos armados que sufren cada uno de nuestros territorios, la unidad ha de ser y tendrá sentido si desde lo que somos trabajamos para denunciar las injusticias sociales y para construir un mundo donde la esperanza, la justicia y el amor entre los seres humanos haga posible una nueva creación.
Edimburgo fue una experiencia de esperanza y de fe.
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http://www.edinburgh2010.org/en/resources/videos.html#c33174
http://www.edinburgh2010.org/
http://www.youtube.com/2010Edinburgh
