TIEMPO
DE MEDITACION EN LA CAMA
Esta
mañana Dios me dio la oportunidad de abrir mis ojos y ver la luz de un nuevo
día. La oportunidad de seguir contando con una familia para amar y cuidar.
Entonces pensé en todas aquellas personas que no han despertado hoy, en todas
aquellas personas que por diferentes circunstancias no tienen una familia; en ese momento a mi mente llegaron imagines, fotografías
de mucha gente que sufre y desde mi pequeñez lo único que puede hacer fue elevar
una plegaria a Dios por todos ellos.
Entonces
fui a la Escritura para leer una porción y me encontré con el hermoso pasaje
del Evangelio de Marcos que dice, “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas…Ama a tu prójimo como
a ti mismo” (NIV, 12:30-31). En estos instantes recordé que este pasaje quizás fue
uno de los mas escuchados en mi infancia en la clase de escuela dominical en la
iglesia a la cual pertenecía por ese entonces, pero que creo que a través de lo
tiempos estas palabras del evangelio han estado en mi vida quizás con el propósito
de cuestionarme y es, que la profundidad de estas palabras implican que todos
los días nosotros nos estemos preguntando ¿Cómo amar a Dios con todo nuestro corazón?
Y mas cuando las realidades de sufrimiento en nuestro mundo parecieran ser
interminables y que en muchos momentos estas realidades afectan nuestra fe y
debilitan la esperanza. Por otra parte, el texto nos sigue retando a la reflexión
cuando nos hace la segunda demanda, ama a tu prójimo como a ti mismo. Esta reflexión
creo que es mucho más complicada porque nos tenemos que preguntar ¿Quién es
nuestro prójimo? Y claro podemos responder el prójimo es mi familia, mis
amigos, los que son cercanos a mi sin embargo, esto es mucho mas difícil si
analizamos esta demanda desde la perspectiva del evangelio de Lucas 10: 25-37, cuando nos
dice entonces que la práctica del amor esta en las manos de un samaritano que
es movido a misericordia y que tiene la capacidad de identificar como su prójimo
al hombre que esta malherido, a un desconocido. El evangelio es paradójico cuando nos pone a
pensar que la práctica del amor esta en un Samaritano que por cuestiones
socio-culturales no era aceptado por los judíos quienes construían barreras
para impedir a través de las leyes de la pureza de la raza que su pueblo fuera
contaminado al mezclarse con otros pueblos. Junto a esto, nos pone a pensar que
nuestros prójimos (próximos) son todas aquellas personas que están malheridas
en el camino, todas aquellas personas que sufren en nuestro mundo, nuestro prójimo
son aquellos los que conocemos pero también los que no conocemos, nuestros prójimos
son los que se atreven a vivir en un mundo diverso siendo diferentes.
Hoy
desde mi cama siguió pidiendo a Dios que me ayude a Amarle y a saber como poder
poner el amor que digo tener hacia Dios
en coherencia con el amor a mi prójimo.
Adelaida Jiménez C.
No comments:
Post a Comment